La necesidad de conocer bien la verdad

Lucas, un médico y amigo de Teófilo, le escribe para que conozca bien la verdad de las cosas en las cuales ha sido instruido. A Teófilo se le habían enseñado algunas cosas acerca de Jesús, su obra y enseñanza. Sin embargo, parece que la enseñanza que había recibido era poca o . . .
Lo que tengo, te doy
Hechos 3:1–10
Pedro y Juan iban al templo a la hora de la oración. En la puerta, llamada la Hermosa, un hombre cojo desde su nacimiento esperaba lo mismo que todos los días: una limosna. Esa era su rutina, su única manera de sobrevivir. La Biblia nos dice que lo ponían allí diariamente para pedir a . . .
¿Qué nos diferencia?

Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios. Romanos . . .
Mis viejas libretas
En la foto puedes ver parte de las libretas de anotaciones y escritos que todavía conservo. No soy escritor, pero escribo bastante. Estas libretas han sido, por años, recipientes de mis pensamientos y reflexiones acerca de la Fe. En muchas se encuentran los borradores de mis sermones o predicaciones, y varias han servido . . .
¿Tienes un corazón enseñable?
Aprendamos de Apolos y experimenta la transformación de tu mente

“Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente y poderoso en las Escrituras…”
(Hechos 18:24-26)
Apolos era un hombre preparado, elocuente y fervoroso, que amaba enseñar la Palabra de Dios. Sin embargo, había algo que . . .
Como las estrellas del cielo y la arena del mar
En la Biblia, Dios le promete a Abraham: En la Biblia, Dios le promete a Abraham:
“Te multiplicaré en gran manera, y haré que tu descendencia sea como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar” (Génesis 22:17).
En este pasaje, Dios . . .
Cuando contemplo los cielos…
Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste, me pregunto: «¿Qué es el hombre para que en él pienses? ¿Qué es el hijo del hombre para que lo tomes en cuenta?». Salmos 8:3-4 NVI
El universo abarca todo lo conocido: la . . .